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¿Mito o realidad? Hablar con un amigo es lo mismo que hacer terapia

Este mes hablamos sobre uno de los mitos más extendidos sobre la terapia: ¿es lo mismo que hablar con un amigo?

10/15/2025

Seguro alguna vez has pensado: “¿para qué ir al psicólogo si ya tengo amigos que me escuchan?”. Es una idea muy común, y tiene mucho sentido: cuando compartimos nuestros problemas y preocupaciones con un amigo cercano, nos sentimos escuchados y podemos experimentar alivio y apoyo. Pero, ¿es realmente lo mismo que acudir a terapia?

La realidad es que, aunque conversar con un amigo puede ser una experiencia muy valiosa, no es equivalente a un proceso terapéutico. Los psicólogos estamos formados específicamente para escuchar de manera activa y profesional, sin emitir juicios, sin distraernos. Un amigo, por muy bueno que sea escuchando, no puede sustituir la formación que los psicólogos adquirimos durante años.

Además, hay que tener en cuenta que la relación terapeuta-paciente es única porque no es un vínculo entre iguales. En la amistad, buscamos equilibrio y reciprocidad: tú le cuentas tus problemas a tu amigo y tu amigo te los cuenta a ti. Mientras tanto, en el proceso terapéutico el foco está en ti, en tu historia y en tus necesidades. Eso permite un espacio seguro en el que no tienes que preocuparte de cuidar al otro, o de qué pensarán de lo que cuentas.

Silueta de una cabeza con tres engranajes
Silueta de una cabeza con tres engranajes

Y quizás la diferencia más importante sea que la terapia no se limita a la escucha. Los psicólogos ofrecemos herramientas concretas y personalizadas para ayudarte a entender lo que te pasa y poner en práctica cambios que mejoren tu vida. La terapia no trata solo de desahogarse, sino de avanzar con recursos que se adaptan a ti, a tus necesidades y a tus capacidades.

No obstante, y siendo conscientes de la diferencia entre hablar con un amigo y la terapia, desde el proceso terapéutico se debe fomentar el fortalecimiento de los vínculos sociales significativos y las redes de apoyo del paciente, ya que esa función de desahogo emocional debe permanecer más allá de las sesiones con el psicólogo.

Así pues, aunque hablar con un amigo sea un gesto valioso, necesario y fomentado desde el proceso terapéutico, no sustituye el acompañamiento profesional. Ambos espacios son importantes, pero cumplen funciones diferentes: la amistad te brinda apoyo emocional, la terapia te ofrece además conocimiento, guía y estrategias para crecer.